La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, The Nature Conservancy, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Wildlife Conservation Society, el Banco Mundial y WWF, publicaron el libro Natural Solutions: protected areas helping people cope with climate change. En él explican cómo las áreas naturales protegidas contribuyen a la reducción del impacto del cambio climático.
Estas áreas reducen las emisiones de CO2 a la atmósfera, detonantes del cambio climático. Además sirven como barreras naturales: la dispersión del agua después de las inundaciones, estabilizan el suelo para prevenir derrumbes y bloquean las olas de las tormentas. En Estados Unidos, los humedales costeros protegen de las inundaciones que causan los huracanes por un valor de US$23.2 mil millones por año.
También ayudan a que los recursos naturales resistan el cambio climático y mantengan su productividad. Así tenemos alimentos, agua limpia, refugio y fuentes de ingreso. 33 de las 100 ciudades más grandes del mundo, obtienen agua para beber desde bosques ubicados en áreas protegidas.
Contribuyen a la conservación del patrimonio natural y ayudan a paliar los efectos del cambio climático. Chile podría ser clave en ese sentido, por la posición geográfica en que se encuentra y pos las áreas protegidas que tiene.
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